martes, 3 de noviembre de 2009

Sin solución momentánea.

Son complejas las situaciones que día a día sufre la familia cubana debido al acelerado proceso de envejecimiento poblacional, y es lamentable que, algunas de ellas no tengan solución por el momento.

Tal es el caso de dos hombres que escriben desesperados a una sección de quejas en un diario capitalino ya que ambos necesitan verse amparados para su futuro, pero las leyes actuales no contemplan estas situaciones críticas.

Uno es un hombre en edad laboral que vive con sus padres que padecen discapacidades severas. El padre está postrado y la madre padece Alzheimer. Los dos requieren de ayuda directa y constante. Ambos reciben la pensión de 240 pesos-unos diez CUC-El hijo trabajó desde el 1981 hasta el 2006 en que se agravaron las condiciones de vida de sus progenitores, y no tuvo otra alternativa que dejar de trabajar.

El otro laboró por 33 años y tuvo también que dejar su trabajo como profesor, producto de que su madre sufre de una enfermedad severa deformante, mientras que la tía tiene demencia senil, males que obligan a que se les de atención, en todo momento.

Ambas familias están protegidas por la Asistencia Social pero no se abunda en el tema. Los dos hombres reclamaban que se les considerara el tiempo que dedicarán al cuidado de sus familiares como trabajado, a los fines de su jubilación.

La funcionaria que dirige Seguridad Social a nivel ministerial plantea que la solución a estos dos casos no está contemplada en las modalidades de protección de la Seguridad Social, y puntualiza que sólo se les mantiene el salario que recibían al dejar sus plazas laborales.

A quienes se les considera años de servicios es a las madres que cuidan en sus hogares a sus hijos con serias discapacidades, las cuales se caracterizan por la movilidad restringida así como las severas limitaciones para establecer habilidades interpersonales y sociales, muy dependientes para las actividades de la vida diaria, y sin control de los esfínteres.

La directora de Seguridad Social explica entonces que, más de siete mil madres cubanas están beneficiadas con esta medida, la cual considera “excepcional en el mundo”. Pero ya es tiempo de que se comience a estudiar la situación a la inversa, para contemplar una serie de beneficios que agradecerían quienes, de manera incondicional se dedican al cuidado de los ancianos enfermo, sin hacer diferencias de género.

Se imponen de hecho, variantes de protección de conjunto con la responsabilidad familiar, así como una serie de programas que estén encaminados a facilitar una vida tranquila y protegida a quienes están en la tercera edad así como a sus familiares más cercanos.

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