viernes, 13 de noviembre de 2009

A modo de compendio.

A modo de compendio.


Para resumir tan amplio tema como es el de la vejez, al que se le ha llamado de disímiles maneras como personas mayores, viejos, o los más de moda: adulto mayor o la tercera edad, queda mucho por decir aún, esta etapa de ocaso y de envejecimiento biológico no es fácil de sobrellevar a pesar de los esfuerzos personales y colectivos.

Es tortuosa la tarea de dar con cifras y estadísticas sobre el envejecimiento en Cuba, por frecuentes problemas con la conexión de Internet, y por las trabas propias de la burocracia en bibliotecas o entidades afines para brindar este tipo de documentación.

Por eso, no queda otra alternativa que tomar los mismos del Segmento publicado en la revista Palabra Nueva de junio del 2009, tomados a su vez de La Oficina Nacional de Estadísticas, en la que se relaciona a nuestro país con Chile, Uruguay y Costa Rica como naciones con más alta expectación de vida en esta área: 75,1 años para los hombres y 79 las mujeres.

Se puede apreciar en las calles capitalinas como las personas de la tercera edad tratan de depender lo menos posible del resto de la familia, y se esfuerzan por cooperar de una forma u otra. Es normal verlos con las edades citadas desplegando destreza y rapidez, sin contar que a veces, tratan de simular sus achaques. No es sorpresivo que con más edad, como plenos octogenarios prosigan realizando tareas dentro y fuera del hogar.

Las principales limitantes para ellos son la falta de medicamentos en las farmacias para controlar sus enfermedades crónicas, no importa si poseen las tarjetas adecuadas para el control de las medicinas, cuando están en baja, tienen que parar los tratamientos. Otro aspecto negativo es el de la alimentación.

Los precios de los alimentos son cada vez más altos y la variedad de frutas, vegetales y los confeccionados con cereales como trigo o avena son difíciles de encontrar, para luego tener que pagarlos en la moneda convertible, que no es con la que pagan las jubilaciones o pensiones. La dieta balanceada para un anciano es quimérica en la actualidad nacional, salvo raras excepciones.

El gobierno trata de mantener a flote una situación que parece ir de mal en peor pues no se ha labrado un presente, pues que esperar para el futuro. Son muchas las personas mayores que quisieran vivir en un asilo de ancianos pero no es fácil poder optar por esta vía que si no es perfecta, es al menos segura, cuando garantiza alimentación, higiene y atención médica, todas a la mano.

Otro aspecto que no se ha tenido en cuenta, es el de ofertar propuestas laborales para los ancianos acorde con sus edades. Algunos trabajan como serenos, pero este trabajo nocturno y de tanta responsabilidad no debiera ser una de las pocas plazas existentes.
Una mujer negra y fuerte lleva su cabello entrecano cogido con una flor, ella barre la calle Obispo en La Habana Vieja, sonríe pero su rostro y andar lucen fatigados. La limpieza de las calles es también otra labor que requiere salud y juventud.

Hay que darle solución a los empleos que pudieran garantizar un mejoramiento de la calidad de vida de los ancianos, algunos pudieran ser realizados en las casas y algún mensajero pudiera ir a buscarlos para evitar el otro grave problema que presentan muchos de la tercera edad, que es el referente a vivir en edificios o casas que están en pisos muy altos donde no hay ascensores.

Existen quienes ante esta limitante llevan meses y hasta años encerados en sus casas porque padecen enfermedades que los limitan para bajar o subir unos cien escalones diarios. Para estos casos debía haber la alternativa de servicios a la casa tales como fisioterapias, ejercicios físicos, medición de la vista, análisis y otros.

El envejecimiento poblacional en la Cuba del Nuevo Milenio exige análisis más profundos por parte de los ministerios y entidades que deben velar por el buen desenvolvimiento de esta etapa de la vida que debe transcurrir sin tensiones y burocratismos que se convierten en maltrato al grupo poblacional más vulnerable.

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