viernes, 20 de enero de 2012

Recorrido de La Caridad por la Habana.



La Virgen de La Caridad tiene su historia. La devoción a Nuestra Señora de La Caridad del Cobre se extendió, desde su Santuario en el Cobre, a Santiago de Cuba y a toda la región oriental.
Ya en el año 1648, existía un altar dedicado a La Virgen de La Caridad en la Parroquial Mayor de Bayamo; esta devoción fue acogida por los santiagueros debido a la gran relación que había entre la localidad del Cobre y la ciudad de Santiago de Cuba.
También varios sacerdotes ejercieron su ministerio tanto en Santiago de Cuba como en el Cobre. Hay referencias de que, la imagen de La Caridad más venerada en Santiago, era la de la iglesia de santo Tomás Apóstol.
Su sobrenombre de “Mambisa” coincide con la tradición oral que narra como los insurrectos se llevaron esta imagen a la manigua. Muchos de los parroquianos que asistían a la Parroquia de santo Tomás estaban comprometidos con la lucha independentista.
Por eso era usual ver como los santiagueros, antes de irse al campo de batalla, pasaban primero por el altar de La Caridad en Santo Tomás para encomendarse a La Virgen; otros, cuando entraban en la ciudad de manera clandestina, acudía a dicho altar a orar.
En los libros de esta parroquia están asentados nombres tan ilustres como los de los patriotas Antonio de La Caridad Maceo Grajales, Francisco Sánchez Hechavarría, Bernardo Camacho y Planas Ulloa; mientras que en la zona cercana a este templo residían familias como la de los Maceo, la de Jesús Rabí, y la de los Lacret Morlot.
De la parroquia de Santo Tomás salió la procesión de la Virgen de La Caridad que recorrió toda la Isla entre los años 1951 y 1951 por la conmemoración de los 50 años de la independencia de Cuba.
De nuevo ocurrió el recorrido a partir del 8 de agosto del 2010 hasta el 27 de diciembre del 2011. En ambas ocasiones, lejanas en el tiempo, pero no en los sentimientos de cada cubano que la venera, ha habido un despertar para unos, y un afianzamiento para otros del amor cristiano y del rescate de valores, necesarios para el bienestar del pueblo.
La Virgen María de la Caridad del Cobre culminó su recorrido con la Misa Solemne celebrada en la Avenida del Puerto en la tarde del viernes 30 de diciembre.
Desde el mediodía del martes 27 llegó la amada imagen a la Catedral de La Habana, allí estuvo hasta que fue trasladada el 30 hacia la Tribuna realizada para la Misa frente al Malecón y cerca de un costado del Castillo de La Fuerza, donde se encontraba el coro.
Desde muchos antes de las 4 pm, los alrededores del área donde se celebraría la homilía, estaba lleno de personas que trataban de ocupar un lugar privilegiado para ver pasar a la Virgen, al salir de la Catedral. De todas las edades, y bajo un sol inclemente esperaron con paciencia hasta bien pasada la hora señalada
Allí se vieron los testimonios más emocionantes, al igual que durante su trayecto hacia tantos barrios, plazas, parques, casas de misión, asilos, hospitales e iglesias, todas abarrotadas de un público con o sin tradición religiosa.
Adonde estuviera, aparecían niños y adolescentes con sus uniformes, adultos con sus uniformes de trabajo, gente que se abrazaba y lloraba, mientras rezaban el Avemaría el mensaje cristiano dicho en cada ocasión recibió el apoyo de un pueblo harto de oír consignas y palabras preconcebidas a favor del socialismo.
En su recorrido por cada punto capitalino, el pueblo se acercaba con la seguridad de escuchar palabras a favor de la unidad, del papel que debe jugar cada miembro en la familia, de la importancia que tuvo el recorrido de La Virgen por ser no solo la Patrona, sino un símbolo más de la identidad cubana, Ella está junto al resto de los símbolos patrios desde las guerras de independencia en el Siglo XIX.
Si el 24 de septiembre de 1915, los Veteranos de la Guerra de Independencia suscribieron la Carta de Solicitud a Su Santidad Benedicto XV, para que la Virgen de La Caridad del Cobre fuera declarada la Patrona de la joven República “No pudieron ni los azares de la guerra, ni los trabajos para librar nuestra subsistencia, apagar la fe y el amor que nuestro pueblo… profesa a esa Virgen venerada, y antes al contrario, en el fragor de los combates y en las mayores vicisitudes de la vida, cuando más cercana estaba la muerte o más próxima la desesperación, surgió siempre como la luz disipadora de todo peligro, o como rocío consolador para nuestras almas, la visión de esa Virgen cubana por excelencia…”-escribieron los patriotas entre otras valoraciones, en su misiva al Papa .
Ahora que se acerca la visita de Su Santidad Benedicto XVI en esta primavera, el testimonio de cada cubano, es destacar todo lo dicho en aquella carta, a punto de cumplir un Siglo, por su gran vigencia.
El 7 de enero comienza el Año Jubilar con una Misa Solemne en el Santuario del Cobre, y culminará el mismo, el 5 de enero del 2013. El Arzobispo de Santiago de Cuba, Monseñor Dionisio García Ibáñez, Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, dio un mensaje televisivo, en el cual habló sobre “un reencuentro de unidad con nuestras raíces cristianas”.
Aún están en el recuerdo de muchos cubanos visitantes o residentes de la capital, los hermosos momentos cuando se acercaron a la Virgen Peregrina, le llevaron velas, flores, le oraron con devoción, y aprovecharon el momento de recibir la bendición de los sacerdotes que estuvieron presentes en cada centro visitado.
La bella imagen fue trasladada a su lugar de origen, sin embargo la fe de cada devoto devuelve su presencia divina, por ser la Virgen de la Caridad del Cobre, templo del Espíritu Santo, Madre de todos los cubanos, vínculo de unidad y de esperanza, la que muestra los caminos del amor, el perdón y la reconciliación.


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