martes, 2 de febrero de 2010

Padres preocupados


En los últimos meses ha comenzado una nueva cuota cárnica normada a través de la libreta de abastecimiento. La misma ha tenido variantes, con el comienzo del nuevo año, y ha traído la lógica preocupación de quienes son padres de los menores de 13 años.

El picadillo de res – de no muy buena calidad – se distribuye para los niños hasta los 13, asignándose para los adultos otras variantes como las salchichas y el pollo. Todo vendido en cantidades pequeñas, y sin una sistematicidad.

Un padre de dos niños de 8 y 9 años se cuestiona por qué a los menores no les corresponde las cuotas de salchicha y pollo, como a los adultos, adicionadas a la del citado picadillo, y argumenta que es inadmisible que aún no se haya solucionado la entrega de leche que merecen, “por estar en el crecimiento”.

La leche y otros productos lácteos de calidad solo aparecen en los anaqueles de las tiendas recaudadoras de divisas, y parece no importarle a ningún dirigente a cargo de la alimentación del pueblo, que los niños que están en el proceso de dentición puedan tomarse un vaso de leche, comerse una tajada de queso, o una rebanada de pan untada en una mantequilla óptima.

Cuando más, y con mucho esfuerzo, los padres compran leche en polvo en el Mercado Negro, y la mantequilla o el queso crema casero, con un alto contenido de colesterol, y dudosa calidad. De ellos, sobran los ejemplos.

Melvyn y Andrés son un matrimonio que opina que se pasan “arañando la tierra”, frase que emplean para describir sus vidas humildes en las que se desempeñan en cuanta labor les aparezca, con tal de alimentar lo mejor posible a sus hijos, todos pequeños. Melvyn narra como ha subido el precio de todo, “y comer es una necesidad, con tanta enfermedad, hay que alimentarse”- resume.

El desabastecimiento casi total, y la poca distribución de alimentos por La Canasta Básica, inquietan al pueblo que ha escuchado en reiteradas ocasiones la alternativa de suprimir estos alimentos normados, preguntándose entonces que opciones quedarán en la moneda nacional, y qué comerán sus hijos.

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