martes, 22 de diciembre de 2009

Los regalos de diciembre



Los niños y niñas sugieren o exigen a sus padres que compren los regalos que ellos necesitan entregar. El que consideran más importante es, sin dudas, el del maestro.

Cada 22 de diciembre se celebra en Cuba el Día del Educador que contempla el agasajo no sólo para el profesor o maestro –al frente del aula- sino para quienes dirigen los centros escolares, y otros trabajadores vinculados directa o indirectamente a la docencia.

En el nivel primario hay que hacer un regalo al maestro que da la clase de las diferentes asignaturas básicas, pero está también el que imparte la Educación Física. Si el pequeño es único hijo todo está bien, pero si hay más hermanitos es un dilema.

Alicia es auxiliar de contabilidad y lleva cuentas estrictas en cuanto a los gastos de su hogar, el cual comparte con su esposo, que se desempeña como electricista. Tienen en común tres hijos: una adolescente que estudia en secundaria básica, un varón que está en primaria, y una bebé de 2 años que asiste al círculo infantil.

La madre previsora, hizo con mucho sacrificio unos ahorros destinados a las vacaciones de verano, cumpleaños y diciembre. Ella explica que “la entrada mayor la da mi esposo, con algún arreglo particular. Ese dinero lo guardamos casi todo de inmediato. Yo estoy repasándole Matemáticas a unos niños, y guardo parte de lo que gano”.

Y continua su explicación: “no es fácil contemplar todos los gastos de los muchachos, y los nuestros, pero no veo otra forma de reunir el dinero. El peor mes es diciembre. En las vacaciones el dinero lo usamos en nosotros, pero en diciembre hay que dividirlo entre lo que necesitamos, y los regalos que me piden mis hijos”.

“La mayor tuvo que dar cinco pesos para el regalo de los profesores. También tuvo un intercambio de regalos con otra muchachita de su aula, más los regalos de los maestros del varón, y el de la seño (persona que cuida a los niños) de la más chiquita, fíjate que cumplimos (aniversario de bodas) el 30, y pocas veces lo celebramos”-dice para concluir.

Otros padres están peor, como Malena, quien vive del salario que percibe y de la ayuda, nada relevante, que recibe del padre de su hijo de cinco años, del cual está divorciado. Ella se lamenta de lo difícil que le resulta comprar los regalos de diciembre, y recuerda como a veces, ha utilizado alguno que le han hecho a ella para agasajar a la maestra.

Los niños saben de aritmética pero conocen muy poco de las restricciones a las que tienen que acudir los padres precavidos para agradecer la labor que realizan los educadores de sus hijos. Aunque hay quejas sobre la profesionalidad de los más jóvenes, no es menos cierto que son ellos quienes batallan con los educandos durante casi un año.

En la actualidad se aprecian grandes diferencias en cuanto al modo de vida de las familias en Cuba. Esta diferencia abismal es compartida por los niños desde bien temprano. Están los que tienen mejores mochilas, zapatos, meriendas y juguetes, los cuales contrastan con los que no tienen estas y otras posibilidades.

Los primeros hacen mejores regalos y son tratados con más esmero y distinción. Los segundos pasan más trabajo y quedan siempre por debajo de sus expectativas. A veces no saben como expresarlo, sino es a través del juego violento, o soñando.

Dayron siempre hereda toda la ropa de su primo mayor, sus uniformes, zapatos, mochilas, y hasta juguetes, que están todos en perfecto estado, pero usados. Con solo 7 años, él protesta y exige tener lo suyo, pero su madre no puede hacer más por él para que tenga que ponerse, para pasear o ir a la escuela.

Quizás debiera sobrevolarlo un hada madrina a la que le pudiera pedir varios deseos. De hecho caería sobre su cabecita rubia, una lluvia de juguetes, ropas, y cuanta cosa se le ocurriera solicitar, pero eso queda solo para cuando concilia el sueño, en los brazos de su madre, que con ternura lo mece, acompañada por el crujir de su viejo balance.

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