Dentro de los miles de trabajadores por cuenta propia que necesitan su Licencia Sanitaria están no solo los vendedores de alimentos, sino también el conocido como asistente infantil para el cuidado de niños.
Ellos están amparados por lo establecido en La Resolución No 240 del 2011 y, por tanto deben tener la aprobación de la inspección sanitaria efectuada por funcionarios de las unidades municipales de Higiene, Epidemiología y Microbiología del municipio donde esté ubicada la casa donde se cuidará a los infantes.
Para estas personas, la legislación aclara sobre la cantidad máxima a atender, la cual es de 6. Si en vez de una asistenta fueran dos, la cifra puede llegar a la decena, y ahí tiene que ver también que, la capacidad de la casa permita que se pueda tener esta cantidad de niños dentro de la misma.
Es imprescindible que el asistente infantil muestre, mediante certificación médica, el estado de salud física y mental de los convivientes y personas que pretenda contratar para realizar la actividad.
Las viviendas que se destinen al cuidado de niñas y niños deben cumplir una serie de condiciones de manera obligatoria entre las que se encuentran el abasto de agua en cantidad y calidad sanitaria; sus instalaciones a la red sanitaria deben estar en buenas condiciones, mantener los residuos sólidos en recipientes limpios y tapados, así como tener la adecuada ventilación e iluminación.
En estos domicilios preparados para el cuidado de los niños no debe haber animales domésticos o de corral; así como no deben existir situaciones peligrosas que puedan provocar accidentes. Por último este cuidador no puede usar o dar a los pequeños productos, dinero, u otros objetos ajenos a los apropiados para desempeñar este empleo.
En la actualidad, este cuidador es muy importante para la madre trabajadora por lo difícil que resulta conseguir matrícula en los círculos infantiles (guarderías) existentes. Muchas de estas asistentes particulares han trabajado como tales en entidades del Estado, algunas ya jubiladas y otras que quedaron disponibles, son capaces de crear hábitos y disciplinas en los pequeñines, como en la casa de una cuidadora en el municipio 10 de Octubre donde los varones regalan una flor a las hembras que ella con esmero, corta en su portal, al amanecer de cada día laboral. Los entretiene con juegos didácticos y les enseña poemas de José Martí, que los más avispados tratan de memorizar.
No siempre es así, a veces no tienen el nivel para entretenerlos bien, pero “al menos son mujeres decentes que te cuidan al muchacho y te puedes ir tranquila para el trabajo”-dice una madre joven que se acerca, con su niña de una mano y el pote con el almuerzo en la otra, a la casa de la cuidadora en la Calle San Rafael, ubicada en el centro de la capital.
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