La Empresa Industrial de Herrajes ubicada en la localidad capitalina de Guanabacoa tiene dentro de su colectivo laboral, a varios racionalizadores que posibilitan solucionar las producciones de distintos materiales en falta a nivel nacional.
Como siempre sus obreros tienen que trabajar con equipos que tienen un aproximado superior a las dos décadas, lo que los convierte en trabajadores cuyas importantes producciones son realizadas bajo formas rudimentarias que se acercan cada más, al degradante esclavismo, que al criticado capitalismo el cual, sin ser perfecto, ha demostrado su eficiencia y calidad.
En esta empresa se fabrican las llaves de lavamanos y fregaderos, entre otros, las cuales tienen precios de venta muy altos en ambas monedas, aún siendo objetos de primera necesidad.
“En la casa más pobre había siempre una llave de repuesto para el fregadero o el lavamanos, ahora es un lujo y no sirven para nada”-dice un jubilado en la parada de K y 23 en el Vedado capitalino.
Los herrajes “brillan por su ausencia “en los baños de cualquier escuela o centro laboral. Allí un conserje controla el uso del agua, por lo que la fetidez, en ocasiones molesta al estudiantado. Los herrajes son priorizados para las instalaciones turísticas y recreativas que cobran sus servicios en la moneda convertible.
Entre los trabajadores de este centro hay tanto hombres como mujeres que están afiliados a La Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR). Su máximo representante Joaquín Guzmán dio su criterio y entre otros temas consideró que “aún hay que cumplir en tiempo con la remuneración a los aniristas”.
Otro ejemplo en que se muestra la abnegación de los obreros y la total desestimulación por parte de la administración del centro sin comentar, porque sería inadmisible hacerlo, el papel que juega allí la sección sindical cuyos dirigentes huyen de la constancia y tenacidad, necesarias para defender los derechos de sus trabajadores.
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