Los trabajadores por cuenta propia se quejan del burocratismo, de la falta de asesoría, de las multas que les imponen los inspectores y de lo difícil que es poder conseguir la materia prima, en algunos casos, y en otros los insumos necesarios para desempeñarse en esta modalidad laboral.
A tanto disgusto expuesto en las secciones de los principales periódicos del país, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) se impone el reto de captar a estos trabajadores. Salvador Valdés Mesa, secretario general de la central cubana visitó y confraternizó con cuentapropistas de la Feria Artesanal de Fin de Siglo, una de las tiendas más lujosas de la Habana en los años 50
, que ahora luce en su planta baja venta de ropas, calzado y artesanía amontonados en un espacio irrespirable y difícil de transitar.
Los inmuebles de La Habana necesitan reparación urgente. Una vía para que fueran remozados algunos, que hasta han servido como tiendas o almacenes, y están cerrados o mal utilizados, sería entregárselos a los trabajadores particulares, con vistas a que tuvieran locales con mejores condiciones de venta.
En la actualidad cada solar yermo o espacio vacío se transforma en una feria donde se vende desde una artesanía hasta una ropa o calzado que nada tienen de artesanales.”Estoy aquí porque no tengo donde estar pero el sol y la humedad te echan a perder la mercancía, ¡y ni pensar en cuando empiece la lluvia!- reconoce una vendedora que muestra sus productos en un espacio donde hubo antes un edificio de apartamentos en el Vedado.
“Las ropas me las manda mi hermana que vive fuera. Las vendo un poquito por debajo de los precios de la tienda porque así vendo más rápido y si se me estanca algo, se lo doy a alguien para que le saque y me de lo mío”-dice una vendedora de un portal de Centro Habana. Como ella hay muchas personas que con, o sin licencia venden ropas que les envían sus familiares residentes en otros países.
A esa avalancha de vendedores hay que tratar de tenerlos en un puño y la mejor manera de controlarlos es persuadirlos para que se afilien a los sindicatos. En el reportaje del Granma bajo el título de las palabras dichas por Salvador Valdés Mesa El reto es consolidar la sindicalización de los trabajadores no estatales de Susana Lee publicado el 24 de febrero, se exponen criterios sobre el tema.
Jaime Ricardo, quien ejerce la talabartería y Dora Rizo, modista-sastre representan al comité sindical integrado al Sindicato de la Industria Ligera. Ellos consideran que son muchos los trabajadores por cuenta propia que han aceptado la sindicalización, y pagan su cotización y el Día de la Patria.
La mayoría de estos cuentapropistas se afilian a sindicatos estatales, solo en centros como Fin de Siglo, están integrados en 8 comités en el propio centro de venta.
Es una lástima que Fin de Siglo, un almacén tan grande esté tan subutilizado. Esta tienda se pudiera reparar, limpiar y pintar completa porque cuenta con varios pisos de venta que incluían sótano, planta baja y cuatro pisos más en los que habían cómodos probadores; ahora la parte que da a Galiano está llena de cosas viejas y rotas y el resto con entradas por San Rafael y Águila pertenecen a la Feria.
Esa sería una solución para quienes se quejan de no tener probadores, baños y otras comodidades no solo para quienes deben permanecer en sus puestos de trabajo durante una jornada, sino para los clientes que se sentirían mejor atendidos.
Salvador Valdés Mesa quien coincidió con la periodista Susana Lee en las
Visitas a las tiendas donde laboran cuentapropistas comentó que aún hay incomprensiones y trabas, por eso su acercamiento a estos trabajadores privados para que acepten al sindicato como su verdadero representante.
“Cuando lo vi (a Valdés Mesa) dejé a mi pareja en el negocio y me perdí un rato. No lo soporto, trabajé más de 10 años, cumplía con todo, cotizaba el sindicato y la milicia, hacia las guardias, participaba en todo hasta que un día me dejaron disponible porque otros llevaban más años que yo en ese puesto, y me quedé en la calle, menos mal que encontré esto porque tengo que mantener a mi familia ¡más nunca me meto en un sindicato, conmigo no cuenten!-asevera un trabajador no estatal.
No obstante, Valdés Mesa subraya que los trabajadores por cuenta propia en su mayoría, prefieren estar sindicalizados “porque el sindicato los representa ante el gobierno, el estado y la administración” y añadió “para nosotros un afiliado es un afiliado, no hay diferencia de si es estatal o no estatal”. Cabe preguntarse si el también miembro del Buró Político tendrá en cuenta todas las dificultades existentes para contribuir a su solución.
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