“Ni en los 90 (Período Especial) faltó el arroz por la libre. Se podía conseguir buen arroz a $3.50 la libra, a veces mejor que el de la bodega (racionado), pero ahora el que consigues en el agro, si lo encuentras, está muy caro y no tiene calidad”- comenta un ama de casa.
El arroz es el plato fundamental del cubano. “comida sin arroz no es comida” enfatiza un joven quien explica cómo en su casa, por muy mal balanceada que esté la alimentación, todos aseguran llevarse algo de proteína, frijoles o ensalada, acompañado de una buena ración de arroz.
En la actualidad se buscan estrategias agrícolas para evitar las importaciones , por lo que se ponen en práctica tecnologías foráneas, como la vietnamita, para la cual se han invertido recursos, para poder aumentar la producción de arroz, vital alimento en la mesa de buena parte de la población nacional.
Una de las provincias donde comenzó dicho plan arrocero es pinar del Río. Hasta allí llegó el periodista Ronald Suárez para indagar con dirigentes y trabajadores de este programa.
Cuatro Cooperativas de Crédito (CCS) y una granja estatal ocupan unas 4 400 hectáreas de superficie, en el municipio pinareño Los Palacios donde fue atendido por Isidro Ligoña, presidente de la CCS Abel Santamaría.
Aunque esta zona siempre ha tenido buenos rendimientos en la producción arrocera, se esperan resultados de seis toneladas por hectárea para esta campaña de frío. Ligoña, por su parte, especificó que los rendimientos alcanzados históricamente eran de cuatro toneladas por hectárea en la campaña de frío y tres en la de primavera.
El presidente de la CCS reconoce que se le han dado más recursos a los campesinos como fertilizantes, fungicidas, herbicidas y el doble de la urea que se les suministraba en otros momentos; pero admite que “todo está en que se apliquen, en el momento preciso, algo bien definido en los contratos establecidos entre los campesinos con la cooperativa, y entre esta y el Complejo Agroindustrial (CAI), Los Palacios, a fin de depurar qué le corresponde hacer a cada parte y poder exigir responsabilidades en caso de un incumplimiento”.
Si las palabras de Ligoña muestran optimismo, muy diferente es la opinión de Dagoberto Pérez, integrante de la Abel Santamaría quien no concibe que, al mes de sembrado, un terreno de 36 hectáreas no haya sido regado, cuando debe hacerse el mismo entre una semana y diez días.
Al momento del reportaje, la CCS Abel Santamaría de 1 119 hectáreas y con un plan productivo de 6 717 toneladas de arroz tenía más de 250 hectáreas que demandaban riego urgente, tierras que ya habían sido sembradas, tapadas y fertilizadas, sin embargo, este servicio no depende de quienes preparan la tierra.
Otros campesinos se quejan de las dificultades para alistar los suelos “la imposibilidad de escalonar las siembras entre noviembre y febrero”, período óptimo que no es aprovechado, ya que el cultivo se realiza solo en enero y febrero y “ello provocará un pico de recolección,… lo que por supuesto trae pérdidas”, y pone en peligro el logro de la producción esperada.
Por la parte vietnamita, la Dra. En Ciencias Agrícolas Le Thi Du dijo que “si el riego, los fertilizantes y demás insumos no se aplican en el momento preciso, no arrojarán los rendimientos previstos”.
Este hecho, como tantos otros, puede traer pérdidas al Estado y desabastecer o encarecer un producto vital en la alimentación diaria. El tiempo pasa y los incumplimientos siguen sin que existan mecanismos que sancionen a los irresponsables y den un vuelco positivo a producciones novedosas como esta que exige ante todo disciplina y sistematicidad.
Arroz con incertidumbre. Ronald Suárez Rivas. Granma 24 de febrero.
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