Los Dictámenes de las cuatro comisiones que analizaron y debatieron los objetivos contenidos en el Documento de Base de la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba (PCC) son publicados en los dos diarios capitalinos, Granma y Juventud Rebelde, desde el miércoles primero hasta el viernes tres de febrero.
Dicha Conferencia, según refiere la nota editorial del miércoles, persigue “el perfeccionamiento del trabajo de la organización”; y los dictámenes tuvieron como antecedente “un profundo proceso democrático” en el que participaron militantes del PCC y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Dictamen de la Comisión No 1: Funcionamiento, Métodos y Etilo de Trabajo del Partido.
En esta comisión participaron 208 delegados y 23 invitados entre los que se encontraban miembros del Comité Central (CC), ministros y otros dirigentes, y en la misma quedaron aprobados todos los fundamentos, los que “sirven de base a la ideología, las estructuras, el funcionamiento de nuestro Partido y su indestructible vínculo con las masas”.
Los participantes analizaron diversos temas donde resalta el referente a “Fortalecer e incrementar las medidas para la prevención y el combate contra las manifestaciones de corrupción, indisciplina, ilegalidades y otras conductas negativas, que ponen en peligro a la Revolución”.
No se publicó si estos delegados analizaron que, la mayor parte de la corrupción existente en el país en la actualidad, proviene de los dirigentes estatales que abusan de sus cargos. No hay financiamiento para remozar los edificios que se caen como castillos de naipes por toda la capital, dejando sin hogar a cientos de miles de familias y llevando el luto a las que pierden familiares sepultados por los escombros; pero ellos viven en buenas casas, ubicadas en zonas conocidas como “congeladas”, donde no puede residir el cubano humilde y trabajador.
“El cruel bloqueo económico contra Cuba”, frase oportunista utilizada sin cesar, por quienes desde la élite gozan de todos los privilegios, no permite que mejore el sistema de transporte urbano. Más del 90% de la población tiene que trasladarse a través de ese medio de transporte. Los ómnibus se deterioran con rapidez, “las flexibilidades” para obtener un automóvil no están al alcance de la mayoría de los cubanos, a los que apenas les alcanza el salario que perciben para vivir, pero todos los dirigentes tienen carros, ninguno tiene que pararse horas en una esquina, o adivinar donde parará el ómnibus, si es que para.
¿Cómo remozar una casa, tenerla al menos fuerte, para que soporte los embates de un huracán u otro fenómeno de la naturaleza? ¿Cómo llegar a su hora a un trabajo o a una escuela donde no se garantiza que el transporte sea fluido para evitar llegadas tardes o ausencias que nada tienen de injustificadas? Entonces aparecen las ilegalidades, lo que solo se ven las que hacen “los de abajo”, esos son los únicos indisciplinados.
“Los cuadros” (denominación comunista sinónima de dirigente) es usada para quienes no van precisamente colgados en la pared, y viven muy bien, mejor que cualquier gente rica en las naciones capitalistas que tanto critican, siendo ellos los causantes de la corrupción, la indisciplina, y toda conducta negativa, pero ellos son sancionados y, de pronto vuelven a aparecer en otro cargo o, si cesan definitivamente, nunca tienen que bajar de categoría y sumarse a la pobreza que vive el resto del pueblo.
Un ambiente de trabajo partidista propiciará nuevas olas de represión y asfixia en los centros laborales, escuelas y barriadas. Informar que hace o deja de hacer cada persona será la palabra de orden. El chantaje aumentará para quienes se nieguen a cooperar con un Partido que nunca fue nuestro y que su vínculo con las masas ha sido solo para manipularlas.
Continuarán por tanto, los verdaderos revolucionarios con sus colecciones de máscaras para ocultar la doble o la triple moral que les ha agenciado una buena casa, un auto y que los hijos y nietos estudien, trabajen y vivan en el extranjero donde “la explotación del hombre por el hombre” les ha dado tantos dividendos.
Esta élite partidista, que para nada cumple con los estatutos de su organización, mira por encima del hombro al que tiene que registrar un depósito de basura maloliente para rescatar del mismo, frascos vacíos por los que recibe migajas. Los cuadros que van en sus autos con chapa blanca o HK para diferenciarse bien de los que poseen un viejo auto o no tienen ninguno; nunca tienen que desandar las tiendas para comprar alimentos baratos y de mala calidad, ellos reciben módulos de alimentos que les son entregados en sus casas, mientras que cada día hay más personas desnutridas y aparecen enfermedades como la tuberculosis y la lepra.
Podrán crearse no 4 sino cientos de comisiones que ninguna resolverá las garantías que anhela el pueblo. El Partido mantiene a sus dirigentes viviendo como reyes es inmortal, el pueblo muere en el intento de escapar en una embarcación mal hecha, o se busca la manera de huir, y vivir en otro país, no importa si hay barrera de idiomas o si tienen que acostumbrarse a idiosincrasias distintas a la suya, el caso es estar bien lejos de un sistema, que centraliza hasta el modo de pensar de los habitantes.
Dicha Conferencia, según refiere la nota editorial del miércoles, persigue “el perfeccionamiento del trabajo de la organización”; y los dictámenes tuvieron como antecedente “un profundo proceso democrático” en el que participaron militantes del PCC y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Dictamen de la Comisión No 1: Funcionamiento, Métodos y Etilo de Trabajo del Partido.
En esta comisión participaron 208 delegados y 23 invitados entre los que se encontraban miembros del Comité Central (CC), ministros y otros dirigentes, y en la misma quedaron aprobados todos los fundamentos, los que “sirven de base a la ideología, las estructuras, el funcionamiento de nuestro Partido y su indestructible vínculo con las masas”.
Los participantes analizaron diversos temas donde resalta el referente a “Fortalecer e incrementar las medidas para la prevención y el combate contra las manifestaciones de corrupción, indisciplina, ilegalidades y otras conductas negativas, que ponen en peligro a la Revolución”.
No se publicó si estos delegados analizaron que, la mayor parte de la corrupción existente en el país en la actualidad, proviene de los dirigentes estatales que abusan de sus cargos. No hay financiamiento para remozar los edificios que se caen como castillos de naipes por toda la capital, dejando sin hogar a cientos de miles de familias y llevando el luto a las que pierden familiares sepultados por los escombros; pero ellos viven en buenas casas, ubicadas en zonas conocidas como “congeladas”, donde no puede residir el cubano humilde y trabajador.
“El cruel bloqueo económico contra Cuba”, frase oportunista utilizada sin cesar, por quienes desde la élite gozan de todos los privilegios, no permite que mejore el sistema de transporte urbano. Más del 90% de la población tiene que trasladarse a través de ese medio de transporte. Los ómnibus se deterioran con rapidez, “las flexibilidades” para obtener un automóvil no están al alcance de la mayoría de los cubanos, a los que apenas les alcanza el salario que perciben para vivir, pero todos los dirigentes tienen carros, ninguno tiene que pararse horas en una esquina, o adivinar donde parará el ómnibus, si es que para.
¿Cómo remozar una casa, tenerla al menos fuerte, para que soporte los embates de un huracán u otro fenómeno de la naturaleza? ¿Cómo llegar a su hora a un trabajo o a una escuela donde no se garantiza que el transporte sea fluido para evitar llegadas tardes o ausencias que nada tienen de injustificadas? Entonces aparecen las ilegalidades, lo que solo se ven las que hacen “los de abajo”, esos son los únicos indisciplinados.
“Los cuadros” (denominación comunista sinónima de dirigente) es usada para quienes no van precisamente colgados en la pared, y viven muy bien, mejor que cualquier gente rica en las naciones capitalistas que tanto critican, siendo ellos los causantes de la corrupción, la indisciplina, y toda conducta negativa, pero ellos son sancionados y, de pronto vuelven a aparecer en otro cargo o, si cesan definitivamente, nunca tienen que bajar de categoría y sumarse a la pobreza que vive el resto del pueblo.
Un ambiente de trabajo partidista propiciará nuevas olas de represión y asfixia en los centros laborales, escuelas y barriadas. Informar que hace o deja de hacer cada persona será la palabra de orden. El chantaje aumentará para quienes se nieguen a cooperar con un Partido que nunca fue nuestro y que su vínculo con las masas ha sido solo para manipularlas.
Continuarán por tanto, los verdaderos revolucionarios con sus colecciones de máscaras para ocultar la doble o la triple moral que les ha agenciado una buena casa, un auto y que los hijos y nietos estudien, trabajen y vivan en el extranjero donde “la explotación del hombre por el hombre” les ha dado tantos dividendos.
Esta élite partidista, que para nada cumple con los estatutos de su organización, mira por encima del hombro al que tiene que registrar un depósito de basura maloliente para rescatar del mismo, frascos vacíos por los que recibe migajas. Los cuadros que van en sus autos con chapa blanca o HK para diferenciarse bien de los que poseen un viejo auto o no tienen ninguno; nunca tienen que desandar las tiendas para comprar alimentos baratos y de mala calidad, ellos reciben módulos de alimentos que les son entregados en sus casas, mientras que cada día hay más personas desnutridas y aparecen enfermedades como la tuberculosis y la lepra.
Podrán crearse no 4 sino cientos de comisiones que ninguna resolverá las garantías que anhela el pueblo. El Partido mantiene a sus dirigentes viviendo como reyes es inmortal, el pueblo muere en el intento de escapar en una embarcación mal hecha, o se busca la manera de huir, y vivir en otro país, no importa si hay barrera de idiomas o si tienen que acostumbrarse a idiosincrasias distintas a la suya, el caso es estar bien lejos de un sistema, que centraliza hasta el modo de pensar de los habitantes.
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