viernes, 5 de agosto de 2011

El Obispo inolvidable.

El 21 de julio, la Conferencia de Obispos Católicos (COCC), presidida por el arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez, y los principales medios divulgadores del acontecer en la Isla y la diáspora dieron la noticia del fallecimiento, a los 79 años, de monseñor Pedro Meurice Estiú, arzobispo emérito de Santiago de Cuba en la ciudad de Miami, debido a un ataque al corazón.
Su humildad y honestidad le merecieron el respeto de quienes lo conocieron, o lo admiraron a partir de sus palaras en la misa ofrecida en su querida Santiago, durante la visita del Papa Juan Pablo II, cuando entre otras frases dijo “Le presento el alma de una nación que anhela reconstruir la fraternidad a base de libertad y solidaridad. Le presento, además, a un número creciente de cubanos que han confundido la patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología”. (1)
Los testimonios sobre su carisma y consagración pastoral son infinitos. A los cincuenta años de su servicio a finales de junio de 2005 fue noticia la celebración que católicos y cubanos en general, le dieron al prelado,…” el Pastor que nadie se siente llamado a decirle Monseñor, sino simplemente Padre…” (2)
Adolfo Rivero Caro resumió su quehacer a partir de que el papa Benedicto XVI aceptara la renuncia de monseñor Pedro Meurice Estiú a inicios del 2007 y consideró el hecho como desolador. “Se retira la única figura combativa y popular de la jerarquía eclesiástica. Por esa combatividad Meurice tuvo que pagar un alto precio”. Al final de su artículo, el periodista sentenció “…Hay otro rostro decente y combativo, el del padre José Conrado. Pero son pocos. Y ahora perdemos a Meurice, el obispo del pueblo”. (3)
La Dra. Maybell Padilla Pérez actual secretaria general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) quien comparte su quehacer como dirigente sindical, con sus investigaciones etno religiosas redactó un testimonio en el que narra cómo conoció a Monseñor Pedro Meurice Estiú durante el Primer Encuentro Nacional de Historia de la Iglesia Católica en Camagüey, en el que Padilla presentó una ponencia sobre el presbítero Félix Varela. Recuerda la abogada la ayuda y consejos valiosos que recibió del Padre Meurice, y su frase alentadora que nunca olvidó “Busca, quien busca encuentra”.(4)
Monseñor Pedro Meurice Estiú nació en San Luis, Santiago de Cuba en 1932. Comenzó sus estudios en el Seminario San Basilio Magno en El Cobre. Allí cursó estudios de Humanidades y Filosofía. Cursó los dos primeros años de Teología en el Seminario El Buen Pastor en La Habana, y los terminó en el Seminario Santo Tomás de Aquino en Santo Domingo, República Dominicana.
El 26 de junio de 1955 fue ordenado sacerdote y enviado al Seminario de Vitoria en España. Estudió Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma Italia entre los años 1956 y 1958. Otros estudios de especialización los cursó en Francia y Bélgica.

Al regresar a Santiago de Cuba fue nombrado vicecanciller y secretario del arzobispo monseñor Enrique Pérez Serantes. En 1963 fue nombrado canciller y en 1966 párroco de la iglesia Vista Alegre. En 1967 fue consagrado obispo por Mons. Pérez Serantes; y en 1970 fue promovido a la sede metropolitana de Santiago de Cuba.
Durante 37 años fue arzobispo primado y sustituido, una vez que hizo su renuncia, por monseñor Dionisio García Ibáñez, actual arzobispo de Santiago de Cuba. Sus restos serán repatriados y sepultados en el cementerio de Santa Ifigenia en la ciudad de Santiago de Cuba, por ser ésta “su voluntad” como destacara un portavoz del Arzobispado.

Notas.
(1) Fragmentos de sus palabras pronunciadas en la misa ofrecida en Santiago de Cuba durante la visita del Papa Juan Pablo II en enero de 1998.
(2) Noticias. Cincuenta años de entrega y servicio, página 79. Revista Vitral Julio-agosto 2005.
(3) El Obispo del pueblo. Adolfo Rivero Caro. Revista Lux. Edición Enero 2007.
(4) El Monseñor Pedro Meurice Estiú Que Conocí. (Testimonio). Maybell Padilla. La Habana, 21 de julio 2011.

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