Una cifra
superior a los trescientos mil trabajadores no estatales no notifican los
ingresos reales que obtienen. En casi un año del incremento notable de esta
nueva masa laboral, se intenta de ellos que adquieran una debida disciplina
tributaria, además de que los funcionarios al tanto de del control y
fiscalización realicen su labor con efectividad.
En la
mayoría de las provincias cubanas no hay problema con que los cuentapropistas
hagan su Declaración Jurada en el tiempo establecido, lo que sucede es que
después se comprueba que no hay
veracidad en sus notificaciones, incumpliéndose por tanto, en las obligaciones
tributarias.
Quienes
trabajan en las oficinas pertenecientes
a la Oficina Nacional de Administración
Tributaria (ONAT) han recibido capacitaciones, como los que atienden el
Registro de Contribuyentes, así como otros, cuestión que ayuda a
una mayor fluidez para quienes tienen
que acudir a estas instituciones.
Aún queda
comprobar lo cierto de la información
entregada y ver detalles como los relacionados con quienes no pagan de acuerdo
a la totalidad de los ingresos recibidos, por lo que a algunos se les
notificará una resolución con determinación de deuda tributaria, que incluye lo
que no se ha pagado, el recargo y la multa; aspectos contemplados en el
Decreto- Ley 169 de 1997, del ministerio de Finanzas y Precios (MFP).
Para llegar
a un éxito en esta nueva variante laboral se necesita un perfeccionamiento
total de la ONAT y que exista la debida divulgación a través de los medios de
comunicación para que el pueblo en general conozca qué se debe o no hacer y
cómo se controla la misma.
Mucha gente
ha cerrado sus locales como cuentapropistas. Las principales calles de la
capital muestran cada cierto tiempo nuevos vendedores privados; son pocos los
que logran mantenerse, qué sucede, por qué no pueden lograr una adecuada
estabilidad quienes desean trabajar de forma legal, queda mucho por decir sobre
este tema.
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